¿Y SI THOMAS ALVA EDISON SE HUBIESE DADO POR VENCIDO A LOS 500 INTENTOS?
- Carlos Estrada
- 1 ago 2024
- 3 Min. de lectura

Hace unos días tomé el elevador del edificio donde vivo en el noveno piso, comencé a bajar y de repente se detuvo bruscamente, las luces se apagaron y quedé por segundos encerrado en esa caja suspendida en el aire; una sensación nada agradable para quienes ya la han vivido. Afortunadamente, solo unos segundos después las luces regresaron y el elevador comenzó a funcionar; sin embargo, este no me llevó a mi destino, sino que emprendió su ruta hacia los pisos superiores, dejándome nuevamente en el número nueve. Mi instinto sugirió bajar esta vez por las escaleras, pues, luego del imprevisto con el elevador, me parecía el medio más seguro para hacerlo. Mientras bajaba, paso a paso me hacía consciente de mi cuerpo y empecé a cuestionarme ¿por qué siempre elegimos el camino fácil hasta para las tareas más cortas? En mi caso, habito uno de los pisos más altos del edificio, por lo que nunca considero subir y bajar a pie, pero noto cómo este comportamiento lo replico -y creo que muchos lo hacemos- incluso para subir o bajar un solo nivel. Me atrevo a decir que es un elemento que se ha hecho esencial para quienes vivimos o frecuentamos construcciones altas, pues no concebimos que exista un edificio sin elevador.
El 27 de enero de 1880, hace mas de cien años, Thomas Alva Edison patentaba su “Lámpara Eléctrica”, al igual que el elevador, es un invento sin el cual hoy no entenderíamos nuestro existir. ¿Prender velas por toda la casa? Si viviéramos en las afueras de la ciudad, probablemente tendríamos que fabricarlas y sabemos que para nosotros, en la actualidad, esto no es una opción. Cuenta la historia que Alva Edison probo con más de 6.000 tipos de filamentos diferentes antes de encontrar el correcto para poder tener una bombilla eléctrica adecuada.
Esta historia, que es muy conocida, solo ratifica la importancia de la persistencia al momento de innovar, de ahí la frase de Edison “el genio es uno por ciento de inspiración y noventa y nueve por ciento de transpiración”. Sin embargo, hay algo que tengo claro y es que no se alcanza el noventa y nueve por ciento de transpiración sin un elemento fundamental, el cien por ciento de pasión por lo que se hace.
En nuestra época son tal vez menos frecuentes los Thomas Alva Edison, muchas de las innovaciones vienen acompañadas de un respaldo corporativo. Es justo este elemento el que hoy día permite a las compañías subsistir, pues la innovación dejó de ser un valor agregado para convertirse en un elemento necesario para sobrevivir en este mundo cambiante. La innovación es un proceso complejo que requiere de la integración de varios elementos: metodologías, entrenamiento, grupos multifuncionales y diversos y, aún más importante, un ambiente y culturas propicias para innovar. Los inventores necesitan pasión, porque van a fallar muchas veces y ese es el motor que les permite seguir adelante aun ante la adversidad.
El líder necesita poder cultivar esa pasión e inspirar, propiciando un ambiente y entorno adecuado en el que se desarrolle el trabajo creativo, y se fortalezca el propósito, generando la confianza que logre sacar la mejor versión de cada uno de los miembros del equipo para lograr innovaciones exitosas. El líder inspirador es un catalizador de la innovación, es el precursor de esta cultura que permita formar personas persistentes, que encuentren nuevas alternativas o soluciones a los problemas cotidianos y así lograr resultados sobresalientes.
He sido testigo de situaciones en las que se hacen inversiones importantes para potenciar la innovación, bien sea en entrenamientos, sistemas o herramientas tecnológicas y, desafortunadamente, los resultados no son los esperados por la falta de un liderazgo adecuado. Solo a través de esta figura se llegará de manera acertada al destino final: la innovación acumulativa o, mejor aún, disruptiva, que cambia el curso de las compañías.
Es cierto, como decía Edison, la innovación conlleva más trabajo que inspiración pero, para que ese trabajo se logre, el líder debe poder inspirar a través de la confianza, el propósito y la pasión y así crear un ambiente en el que se potencien las ideas y se produzcan discusiones abiertas, respetuosas y creativas. Asegúrate siempre de poder ejercer ese liderazgo inspirador tan necesario, conviértete en el líder que siempre quisiste tener en tu camino.
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